En este proyecto pretendemos que la naturaleza recupere los espacios apropiados por el hombre. Se utiliza la luz como direccionamento y al mismo tiempo, como elemento que rompe con la rutina de la ciudad teniendo como aliado la naturaleza. Se integran en un edificio frío y monótono diferentes sensaciones de la interacción del hombre con la naturaleza.
El proyecto consta de dos instalaciones muy diferencias. La primera de ellas tiene lugar en el suelo del pasillo central y pretende simular un campo de trigo. Queremos conseguir con ello que la gente interactúe con estos elementos con acciones muy intuitivas, como por ejemplo, pasar la mano por lo alto de un campo de trigo. La segunda intervención tiene lugar en el techo simulando el movimiento de los pájaros cuando se desplazan en bandada.
