La diseñadora de interiores Anna Wigandt ha creado un espacio multidisciplinar en el que los jóvenes creativos puedan reunirse para compartir sus ideas y trabajar en un ambiente propicio para el estudio. Este café-biblioteca en Chisinau, Moldavia, pretende emular a la cultura de los cafés parisinos de la I Guerra Mundial, pero con un enfoque más directo sobre la ciencia y la ingeniería, algo que se refleja en el diseño elegante y moderno de Wigandt.
Se han evitado los asientos que inviten a la distracción y el café se ha estructurado en torno a un conjunto de mesas modulares diseñadas por Anna Wigandt e inspirados en la teoría cosmológica de un astrónomo alemán del siglo XVI. Los escritorios de líneas geométricas se pueden utilizar por separado o formando una gran mesa para conferencias. La intención era apelar menos a la experiencia caótica y emocional de un típico café y más al ambiente racional y refinado de una biblioteca.
El techo de la cafetería está pintado de un tono azul medianoche y adornado con una gran lámpara de araña, haciendo un guiño a los observadores de estrellas. El suelo se dispone en un azul más claro y recuerda a elementos naturales como hojas o hierbas. Una de las paredes cuenta con un gran número de ventanales que dotan a todo el espacio con luz natural. La pared opuesta, y probablemente la más espectacular, se compone de un panal de abeja, cuya función es que los clientes pueden guardar sus pertenencias en ellas. La tercera pared alberga una biblioteca dedicada a los materiales de ingeniería civil y mecánica, de construcción naval, de astronáutica, etc.
El Science Cafe & Library es preciso y funcional, pero conserva un sentido de facilidad y familiaridad. Wigandt logra este equilibrio interesante con las líneas limpias y el minimalismo de los muebles, también con el encanto recatado de la combinación de colores y la iluminación. El resultado es una zona preciosa y muy estimulante que espera a jóvenes mentes científicas que la habiten.
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